La verdad que en este tiempo que llevo de erasmus he conocido un poco más Portugal, este país vecino que muy poca gente le echa cuenta pero que, sinceramente, es uno de los lugares más encantadores que he podido ver. Cada pueblo, cada ciudad, cada rinconcito tiene su encanto, lleno de monumentos, castillos e historia.
Estos días, al no tener clases ya, me doy mi paseo todos los días por aquí y andando me doy cuenta de lo afortunada que soy al poder caminar a la vera de una muralla, al poder cruzar un acueducto, al poder encontrarme con una preciosa catedral, con un templo romano... y todo esto caminando sobre piedrecitas, que es lo que caracteriza a esta ciudad. Pienso que ya me quedan semanas para volver a casa y que voy a echar tanto de menos esto que creo que volveré, aunque sea para una pequeña visita. Me he enamorado de esta ciudad, de su tranquilidad, de sus calles estrechas y de sus casitas blancas y amarillas, esto no quiere decir que de vez en cuando eche de menos el barullo, las montañas, el sol picante... que a una siempre le tira mucho su tierra.
En estas semanas estamos aprovechando para terminar con el papeleo, que para el que no lo sepa irse de erasmus es rellenar papeles desde antes de empezar hasta después de terminar, pasando por la duración de tu estancia en el extranjero. También estamos aprovechando para viajar un poco, mucho no, pues la beca aún no ha terminado de llegar y el dinero ahorrado ya no lo podemos estirar más, pero la verdad es que sí, me hubiera gustado visitar más lugares.
Por cierto, las asignaturas realizadas en la Universidade de Évora, así como el curso de portugués nivel A2, los he superado con éxito y ya puedo decir que soy Licenciada en Administración y Dirección de Empresas, ¡qué mejor que terminar estos años que de erasmus en Portugal!
Bueno, aquí os dejo! A ver si la última entrada la puedo escribir en portugués :) Um beijinho!!
Aprovechaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
ResponderEliminarTengo que ir... no sé cuándo... pero tengo que ir.
Besazo.